miércoles, 18 de noviembre de 2009

Carmen Nuez

El médico de cabecera...tú médico
MEDICO DE FAMILIA
. Carmen Nuez

Todos los día vemos en la prensa noticias médicas; logros científicos, conflictos laborales, problemas médico-legales e incluso te das cuenta que cuando los telediarios no consiguen noticias “vendibles” se convierten en monográficos sanitarios. Pero, pocas veces se habla del médico, de ese profesional que todos los días atiende a un número importante de pacientes. Si sumáramos todos los usuarios que nos consultan, en todos los ámbitos, (hospitales, Atención Primaria...), y entre todos los sanitarios, nos daría vértigo la cifra que saldría.La mayoría de los pacientes salen satisfechos de esas consultas y no digamos cuando se trata del médico de familia. Para ellos este es SU MEDICO. Van al cardiólogo, al neumólogo, al cirujano... y a SU MEDICO a quien le preguntan cómo está, si sus hijos han aprobado y si su madre está mejor. Porque a veces es él quien te acompaña en tus momentos duros.
Siempre me ha impresionado el hecho de que cuando llevo muchos años con mis pacientes son ellos quienes suelen hacer apreciaciones sobre mi estado: "se le ve cansada, hoy está radiante...” y en los momentos bajos, que no estamos libres de padecerlos, son nuestros terapeutas. Ellos están y ellos te acompañan.
Hablando desde el punto de vista del médico de Atención Primaria, encontramos muchas situaciones en las que lo emocional, lo afectivo, predomina sobre lo científico. Recibes a personas mayores que te comentan mi artrosis no se va a curar pero cuando se lo cuento siento como mejoro, o te piden cita para que le aconsejes que hacer ante el temor de quedarse en el paro, o acude una madre preocupada porque su hijo no está con buenas compañías y puede caer en la droga. En la visita al médico de familia entra todo, no sólo vienen a contarnos sus síntomas o dolencias, vienen a compartir todo lo que para ellos puede ser un problema, la vejez, la falta de trabajo, la educación de sus hijos... A veces salen de la consulta dándote las gracias por un consejo determinado y al cerrarse la puerta me quedo pensando, pero si he recibido yo más que él. Es verdad que tenemos una gran presión asistencial, que el día laboral es el resultado de una agenda apretadísima, que a veces no nos da tiempo ni de tomar un café o cambiar impresiones con tus compañeros. Es verdad que en ocasiones nos sentimos quemados y se nos hace cuesta arriba nuestro trabajo, pero ellos, NUESTROS PACIENTES, no son los responsables de ese caos sanitario. Estoy convencida de que si el arreglo de la situación laboral que soportamos estuviera en sus manos ellos se implicarían en su solución.

GRACIAS POR ELEGIRNOS COMO TU MEDICO DE FAMILIA.

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